Entre Mancor, Selva y Escorca se encuentra la finca de Massanella, un claro ejemplo de que es posible el equilibrio entre la actividad humana y la conservación de la naturaleza.
Paraje de alto valor paisajístico. En la parte más baja vemos cómo la actividad agrícola y ganadera, ancestral en este lugar, sigue desarrollándose. A medida que te vas adentrando en el bosque mediterráneo de encinas y pinos puedes contemplar numerosos vestigios de la actividad humana (sitges, forns de calç, marges…). Ya en la cima del Puig de Massanella podrás disfrutar de una espléndida escena, un auténtico regalo para los sentidos.